En los últimos días, las redes sociales han generado una cantidad enorme de información sobre el tema Evo Morales y su asilo político en México. Esta acción del gobierno, pareciera que dividió a los mexicanos en dos grupos, los Morales y los inmorales.
Los Morales, queda claro que son los que apoyan la llegada del político boliviano, Evo Morales, a quien le crearon el hashtag #BienvenidoEvoAMexico con el fin de mostrarle la solidaridad mexicana y dejarle claro que seguimos siendo un país de puertas abiertas para todo aquel que sea perseguido político.
Los inmorales, no sólo son aquellos que se oponen al expresidente de la nación sudamericana, sino que, en este grupo, entran los que sin saber quién es Evo, se dan el lujo de opinar y declarar persona non grata a uno de los gobernantes más reconocidos por organismos internacionales, sobre todo, por ser uno de los políticos que mejores resultados ha tenido en favor de sus gobernados y a pesar de ello, le crearon el hashtag #EvoNoEresBienvenido.
Al llamarlos inmorales no es en aras de faltarle al respeto de nadie y mucho menos de las ideologías que, aunque no las comparta, defiendo su derecho a manifestarlas por el simple hecho de abonar a una plena libertad de expresión, pero esa libertad, requiere de la responsabilidad de investigar, de leer, de analizar y por encima de todo, de abonar a la verdad.
Por ello el nombre de inmorales, porque de la cantidad de personas que leo oponiéndose a la llegada de Evo Morales, pocos son los que podrían tener la calidad moral para hablar de una trayectoria boliviana en la última década, incluso, pocos son los que pudieran reconocer el empoderamiento y dignificación indígena que se logró en una de las naciones más diversas y culturales como lo es Bolivia, es más, me atrevería a decir que, de los que se opone a Evo en México pocos son los que podrían decir quién es y que representa Morales para los pueblos originarios del mundo entero.
De ahí la inmoralidad, porque a pesar de su desconocimiento, se atreven, en aras de colgarse de los temas que son tendencia o están de moda, a opinar y asegurar del “enorme daño que Evo pudiera causar a México por su llegada” y eso no sólo es inmoral, sino deshonesto y perverso pues la ignorancia suele limitar la aportación y credibilidad de un análisis serio, pero el oportunismo, también suele señalar el momento de oponerse a todo como una forma de protestar contra el gobierno de la república que le dio asilo y hasta fueron por él en un avión especial.
Ojo, con esto, no estoy defendiendo al gobierno y su partido de quien he sido crítico, sino que creo, que es responsable analizar antes de escribir y opinar tal y como lo he venido haciendo en los diversos espacios que me piden mi opinión mediante colaboraciones semanales.
Tan es así, que incluso, no descarto que este asilo, sea una estrategia y patraña política para desviar la atención informativa de los últimos casos que han venido continuamente azotando a México como Culiacán, la familia LeBarón, el desabasto de medicinas en hospitales, la inseguridad que va en aumento en todo el país, la crisis que se avecina en PEMEX o el nulo crecimiento económico, por mencionar algunos casos que con la llegada de Evo, están pasando desapercibidos, no porque no existan, sino porque se les dio a los medios carnita para roer, entretenerse y ocuparse en el asilo político y no en los problemas que abundan en nuestro país.
Analicemos la situación de los últimos diez años, en América Latina, averigüemos los porqués de los enfrentamientos en las calles de Bolivia, en Chile, en Ecuador, en Argentina, Venezuela y en Haití para poder entender un poco el contexto en lugar de dividirnos entre Morales e inmorales.
Twitter: @DON_DANY