Por: Daniel Almazán Jiménez
Decía Alejandro Jodorowsky que “A la gente se le va la vida deseando otra”.
Frase que sin duda concentra un gran significado y más ahora que el mundo atraviesa una pandemia como la del covid-19 y que nos hace añorar nuestra otra vida, la vida prepandemica, la vida en la que la paz no era la ausencia de la guerra sino el abrazo de aquella persona y la reunión con los seres queridos entre otras cosas que regían la vida y eran, sin saberlo, una bendición de la misma tierra a la que un día cansamos y nos ha desatado sólo un pequeño porcentaje de su furia o enojo.
Para las grandes mayorías, la vida no es otra cosa más que ver pasar el tiempo. Para otros, la vida es una oportunidad para aportar a la vida misma pues varios al saber que la muerte dura más que la vida, se empeñan en trascender a través de sus textos, sus inventos, su música, su dogma o ideología que heredan a los que se quedan a vivir la breve vida.
Tan es así que un humano vivió sólo treinta y tres años y, gracias a su filosofía hay quiénes aún le recuerdan a pesar de que han pasado más de dos mil años desde su existencia. Y es a eso a lo que me refiero cuando intento describir a los humanos que se empeñan en vencer a la muerte mediante su aportación a la vida.
En un poema (Instantes) atribuido al escritor argentino, Jorge Luis Borges, podemos imaginar a un ser de 85 años arrepentido por no vivir como realmente quiso vivir: “Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho, tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico. Correría más riesgos, haría más viajes…”.
Palabras cargadas de un arrepentimiento nostálgico por no poder regresar el tiempo para volver a vivir su vida nuevamente, palabras con las que muchos se identifican por creer que no han vivido “correctamente” su vida. Pero, ¿qué es vivir correctamente?, en realidad nadie, en la actualidad podría explicar lo que es vivir de manera correcta.
Muchos, justificarían la perfección de la vida si obtienen una carrera, si se casan, si logran un buen empleo y con ello, un ingreso justo. Pero, en realidad ¿eso es vivir correctamente?, muchos dirían que sí.
Para otros, vivir en lo correcto es sumar a las reglas anteriores una religión o dogma para ser “guiados por el buen camino”, muchas veces sin importar que el camino de dónde provienen esos dogmas están teñidos del rojo de la “sangre que se ha derramado en nombre de su dios”.
Filosofar para encontrar el significado del concepto de lo que es vivir correctamente sería un ejercicio más que interesante, voluntario, pero lo que si debe ser obligado es vivir. Por ello, creo que vivir en lo correcto es escribir textos breves y fáciles de leer en lugar de enormes y densas biblias matemáticas con versos y proverbios que pocos entienden y lo peor, es que pocos aplican.
Lo correcto es vivir, sólo vivir sin dañar a nadie; vivir la vida misma, y no la de los demás; vivir el momento y no los tiempos pasados ni los tiempos que aún no llegan y, sobre todo, vivir ligero y en eso coincido con el gran poeta y escritor, Alfredo Zitarroza, quien recomendaba “No echar en la maleta lo que no vayas a usar, pues son más largos los caminos pa’l que va cargao de más…” (sic)
En síntesis, vivamos y dejemos vivir. Respiremos, y nunca dejemos de agradecer la existencia, nuestras culturas, nuestras costumbres, nuestros colores, aromas y sabores.
Agradezcamos al mar la oportunidad de platicar con él, de orar junto a él, de respirar de él… agradezcamos a la tierra por lo que tenemos, por lo que somos y estar en donde estamos (independientemente de si es un lugar cómodo o no, pues de las circunstancias adversas se aprende) por ello, agradezcamos y nunca perdamos la oportunidad de aliviar y curar mediante el agradecimiento.
Vivir, es sólo la recomendación, pero, darle a cada día la oportunidad de convertirse en el día más hermoso de tu vida es la exigencia…
Twitter: @Daniel1Almazan